NOVIEMBRE
VIERNES 11, MEDITACIÓN DE  LUNA LLENA
 HORA: 20’30
ENTRADA LIBRE
Propósito para esta meditación: ACEPTACIÓN
Aceptación no es lo mismo que conformismo. Aceptamos lo que sucede cuando dejamos de oponernos a ello en nuestro interior, con quejas y lamentos. Nos conformamos cuando nos sentimos incapaces de transformar lo que sucede y nos enfadamos por ello, considerándonos vÃctimas de las circunstancias. El conformismo nos lleva a la resignación y ésta a la debilidad, que nos desconecta de la gran fuerza creadora de nuestras almas. Cuando me considero una vÃctima de lo que sucede y me creo incapaz de soportarlo o me opongo interiormente a ello estoy oponiéndome a la sabidurÃa de la vida, que constantemente mueve los hilos para que pase exactamente de lo que tiene que pasar.
Continuamente, la vida nos demuestra que todo es perfecto, que lo que hoy no comprendemos mañana se revela como apropiado y necesario. La energÃa se mueve para que recuperemos el rumbo y atendamos, por fin, a la voz del corazón. Si me opongo a lo que sucede genero lucha en mi interior y esa lucha quiebra mi unidad interna, porque me aparta del amor, de la serenidad, de la verdadera aceptación.
La aceptación de la vida tal cual es me permite entregarme a su fluir y darme cuenta de que, al abandonar el control, hallo la auténtica paz. Tarde o temprano comprobaré que la vida tenÃa razón, que lo que a mà me parecÃa insoportable o fuera de lugar era exactamente lo que debÃa pasar, para que todo se reordenara en mi mundo y yo recuperase el rumbo que perdÃ.
Aceptar no es lo mismo que resignarse. Aceptar es abrazar lo que acontece con serenidad y confianza, seguros de que el propósito oculto tras la aparente injusticia pronto se revelará, para demostrarnos que todo es perfecto.
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Hoy en dÃa se necesita más saber relajarse, vivimos en un mundo donde todo parece que hay que hacerlo deprisa y muchas personas viven aceleradas e instaladas en la necesidad de hacerlo todo inmediatamente y de la manera que piensas que tiene que hacerse.  Como si no hubiera un mañana y entonces aparece… la ansiedad y el estrés que nos están invadiendo y cada dÃa hay más personas con estos sÃntomas.
La velocidad también puede ser sinónimo de mala gestión del tiempo, de desconcentración, de olvidos y desequilibrio personal y profesional. Es importantes saber parar, sonreÃr, preguntarnos cómo estamos, saber hablar de forma conversacional y transmitir paz y sosiego.
La prisa se está convirtiendo en un estilo de vida, y ya hay mucha gente que deja la vida pasar porque no sabe observar lo que ocurre en el presente, y no Âescuchan lo que le dice la gente porque sus pensamiento están en otra parte.
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